lunes, 3 de junio de 2013

EL DERECHO A LA HUELGA

El derecho a la huelga se contempla en el artículo 28.2 de la Constitución española como un derecho fundamental, en el que se expone lo siguiente: “Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.

Todos los ciudadanos tenemos la libertad de ejercer de derecho a estar en huelga, acudir a ellas y a las manifestaciones, en las que se reivindiquen nuestros derechos como: las huelgas que defienden la educación y la sanidad públicas, el derecho al empleo, etc.

Un ejemplo de huelga fue la de la limpieza que ocurrió hace unos meses en la Universidad Complutense. La mayoría de las personas que acudimos a la universidad como: profesores, estudiantes, conserjes, etc., apoyábamos al personal de limpieza y de mantenimiento; y entendíamos que quisieran manifestarse y hacer notar su descontento a través de no limpiar hasta que llegaran a un acuerdo con la empresa sobre sus condiciones laborales y salariales.

En los primeros días de esta huelga se comprendía que algunas personas hubieran tirado papeles por el suelo, ya que de esta manera el problema de este colectivo se hacia más visible.

Posteriormente, otras personas empezaron a arrojar restos de comida, bebida, volcaron papeleras, etc., tanto por el pasillo como dentro de las clases, y el cúmulo de esto ocasionó mal olor e incomodidad entre las personas que vamos a la universidad. Además había que tener cuidado al andar por los pasillos por posibles caídas, no se podía entrar en los servicios, puesto que el olor era insoportable y las condiciones eran antihigiénicas.
Todo esto hizo que casi todos acabáramos muy molestos por la situación a la que se había llegado, ya que una cosa eran unos papeles que no molestaban, y otra muy distinta el montón de desperdicios que se acumularon.

Por lo tanto, la huelga de la limpieza se inicio de forma tranquila y pacífica en la que una gran parte de los individuos comprendíamos la situación complicada por la que estaban pasando este colectivo, y después hubo un gran descontento por como evolucionó debido a un grupo de personas.

Porque el derecho a la huelga es un derecho de todos, y al igual que cada individuo tiene libertad para hacerla, también se debe respetar a las personas que no quieran participar en ella o no quieran llegar a puntos tan radicales, y no imponerla a la fuerza, que es como terminó ocurriendo. Ya que, nadie fue preguntando si el resto estaba de acuerdo con lo que estaban haciendo y ello influyo en el bienestar de todos.

Y además que si pensaban que con tirar desperdicios estaban apoyando al colectivo de limpieza, pienso que no le beneficiaron mucho, puesto que una vez que llegaron al acuerdo, tuvieron que recoger y limpiar más de lo que en un principio pensaban. Este personal era consciente de lo que iba a suceder si se manifestaban y no acudían a su puesto de trabajo, sin embargo, tuvieron que hacer un doble esfuerzo, pudiéndoselo haber ahorrado, para que todas las instalaciones volvieran a estar muy limpias.



Mª Natividad Cabrero Sanz

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