EL DERECHO A LA
HUELGA
El derecho a
la huelga se contempla en el artículo 28.2 de la Constitución española
como un derecho fundamental, en el que se expone lo siguiente: “Se reconoce el
derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La
ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas
para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.
Todos los
ciudadanos tenemos la libertad de ejercer de derecho a estar en huelga, acudir
a ellas y a las manifestaciones, en las que se reivindiquen nuestros derechos
como: las huelgas que defienden la educación y la sanidad públicas, el derecho
al empleo, etc.
Un ejemplo de
huelga fue la de la limpieza que ocurrió hace unos meses en la Universidad
Complutense. La mayoría de las personas que acudimos a la
universidad como: profesores, estudiantes, conserjes, etc., apoyábamos al
personal de limpieza y de mantenimiento; y entendíamos que quisieran
manifestarse y hacer notar su descontento a través de no limpiar hasta que
llegaran a un acuerdo con la empresa sobre sus condiciones laborales y
salariales.
En los
primeros días de esta huelga se comprendía que algunas personas hubieran tirado
papeles por el suelo, ya que de esta manera el problema de este colectivo se
hacia más visible.
Posteriormente,
otras personas empezaron a arrojar restos de comida, bebida, volcaron
papeleras, etc., tanto por el pasillo como dentro de las clases, y el cúmulo de
esto ocasionó mal olor e incomodidad entre las personas que vamos a la
universidad. Además había que tener cuidado al andar por los pasillos por
posibles caídas, no se podía entrar en los servicios, puesto que el olor era
insoportable y las condiciones eran antihigiénicas.
Todo esto hizo
que casi todos acabáramos muy molestos por la situación a la que se había
llegado, ya que una cosa eran unos papeles que no molestaban, y otra muy
distinta el montón de desperdicios que se acumularon.
Por lo tanto,
la huelga de la limpieza se inicio de forma tranquila y pacífica en la que una
gran parte de los individuos comprendíamos la situación complicada por la que
estaban pasando este colectivo, y después hubo un gran descontento por como
evolucionó debido a un grupo de personas.
Porque el
derecho a la huelga es un derecho de todos, y al igual que cada individuo tiene
libertad para hacerla, también se debe respetar a las personas que no quieran
participar en ella o no quieran llegar a puntos tan radicales, y no imponerla a
la fuerza, que es como terminó ocurriendo. Ya que, nadie fue preguntando si el
resto estaba de acuerdo con lo que estaban haciendo y ello influyo en el
bienestar de todos.
Y además que
si pensaban que con tirar desperdicios estaban apoyando al colectivo de limpieza,
pienso que no le beneficiaron mucho, puesto que una vez que llegaron al
acuerdo, tuvieron que recoger y limpiar más de lo que en un principio pensaban.
Este personal era consciente de lo que iba a suceder si se manifestaban y no
acudían a su puesto de trabajo, sin embargo, tuvieron que hacer un doble
esfuerzo, pudiéndoselo haber ahorrado, para que todas las instalaciones
volvieran a estar muy limpias.
Mª Natividad
Cabrero Sanz
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