miércoles, 5 de junio de 2013

Mi bienestar no es tu bienestar. El bienestar que busca la sociedad actual no es el bienestar absoluto.

Después de muchas clases y sobretodo muchos debates dirigidos a la autonomía y al bienestar en educación, sanidad, espiritualidad, justicia, deber moral, etc.
Yo quiero plantear una cuestión sin centrarme en ninguno de los temas que hemos tratado, sino dando un punto de vista general.

En mi opinión es necesario un punto medio, o más bien la mezcla de la autonomía y las pautas del bienestar social para alcanzar mi bienestar personal, pero con ello conseguiré el mío propio y ahí está el problema.

Cada uno individualmente tiene unas determinadas preferencias en cuanto a educación, sanidad, unas diferentes creencias políticas, religiosas, la certeza de que el país funcionaría mejor con un modelo económico o con otro modelo totalmente distinto, imponiendo limites legales, eliminándolos o dejando sólo los que nos interesen personalmente... el debate sería eterno, porque mi mundo ideal no será el mundo ideal de mi vecino, mi bienestar individual no coincidirá con el tuyo en su totalidad muy probablemente.

Desde mi punto de vista uno de los problemas que implica esta desigualdad es el tamaño del territorio a que se dirige y la cantidad de población, cuanto más grande es el grupo, más difícil es la igualdad dentro del mismo, por eso el mundo entero no está gobernado, ni dirigido ni tiene las mismas normas, ni la misma ideología, ni la misma cultura, etc, el mundo se divide en continentes, en países, como España que a si mismo se divide en comunidades autónomas, ciudades, pueblos... aunque estas divisiones tampoco hacen posible que toda la población esté conforme, pero si permite que en agrupaciones más pequeñas puedas elegir la representación que llevará a cabo dentro de sus posibilidades el bienestar idílico para ellos o actuará a favor de sus convicciones.

Para finalizar esta entrada me gustaría apuntar las diferencias que también existen a la hora de juzgar una acción, que puede ser negativa o positiva en función del fin, pudiendo ser un fin autónomo o un fin que busca el bienestar, por ejemplo, la violencia de forma autónoma buscando un beneficio individual está considerada como una acción negativa e injustificada, sin embargo si la violencia que se lleva a cabo por unos antidisturbios, busca el bienestar común en teoría es una buena y justificada acción.

Lo que he querido explicar con esta entrada es que todo lo que una persona ve de una determinada manera puede ser totalmente diferente para otra, que no existe una verdad absoluta y objetiva a la hora de valorar la autonomía y el bienestar.


Irene Gil Antona.

CRECER BIEN SIN IR AL COLEGIO

Así se titula el artículo que a continuación he adjuntado, en el que nos cuentan que existen niños, como unos 4.000 en España que no acuden al colegio y que se forman libremente, no es un artículo muy reciente, es del año 2007.

Me ha llamado muchísimo la atención este artículo y he pensado que sería buena idea comentarlo.

En este caso concreto defiendo que son mayores los beneficios que un niño adquiere acudiendo a la escuela en contraposición de los que adquiere quedándose en casa.

Quiero centrarme en un comentario muy concreto del artículo. Uno de los motivos por los que una pareja decide que sus hijas no vayan al colegio es porque muchos niños sufren acoso de sus compañeros y de sus profesores y quieren evitarles esta tensión, yo en este caso estoy completamente de acuerdo con que las eviten el sufrimiento que para ellas puede suponer pero no me parece justa la decisión porque ellas no son las culpables de recibir ese trato y sin embargo son las que deciden modificar su forma de aprendizaje. Me parece que no es la solución contra el acoso, sino todo lo contrario, lo que es necesario es modificar la conducta de los que tratan mal a sus compañeros o alumnos, acabar con este tipo de conducta porque si no, ¿cuál es la solución? ¿Qué todos los niños dejen de ir al colegio por el comportamiento de algunos?

Con este artículo quería dejar claro mi punto de vista poniéndome en contra de evitar que un niño vaya al colegio porque hay niños o profesores que no llevan a cabo correctamente la educación de sus alumnos, porque el problema está precisamente en ellos mismos, los profesores o alumnos que se dedican a acosar y es lo que tendríamos que evitar, porque si el niño deja de ir al colegio dejará de ser acosado pero habrá muchos más que sigan siendo acosados por ellos. Si deciden que su educación se imparta en casa o sea guiada de forma diferente lo apoyo, pero por otro motivos, no por este en concreto.

Opino que el colegio es una etapa complicada para los niños, por edad, y por todas las novedades a las que se enfrentan, para mí también hubo momentos duros, pero me parece apasionante visto desde fuera la cantidad de cosas que superan, todo lo que pueden aprender con unos profesores y un entorno siempre adecuado, por supuesto, esa es la prioridad.

Para finalizar quería puntualizar que apoyo cualquier tipo de educación siempre que sea beneficiosa para el niño, y que no para todos los niños resultará igual de útil el mismo modelo de educación, sea cual sea, porque habrá niños que tengan más curiosidad e interés por aprender, niños que necesiten más atención que otros, etc.

 

Aquí os dejo el artículo:

Crecer bien sin ir al colegio

Unos 4.000 niños españoles no van a la escuela. Por decisión de sus padres estudian en sus hogares o en colegios no reglados. Son pocos, en comparación con países como Estados Unidos, donde 1,1 millones practican el «homeschooling».

En el colegio, Irene tenía pánico a no dar la talla. «Todos los días lloraba porque no quería ir. No me hice bien con el sistema, no pude con él, lo pasaba fatal». Con 11 años, había entrado en un estado de depresión y su padre, profesor de universidad, le propuso dejar las clases para dedicarse a hacer lo que ella quisiera. Ese mismo año asistió a un taller de plástica y a un curso de teatro en la Universidad de Deusto. «Poco a poco fui redescubriendo mis propios intereses. Me encantaban los vestidos de Lo que el viento se llevó y empecé a hacer muñecas de arcilla para vestirlas». A los 12 años, hizo su primer vestido de época a tamaño natural. Su interés por la costura fue creciendo, hasta hacer del vestuario para teatro su profesión. Hoy, con 28 años, mira hacia atrás con alivio y reconoce que dejar de ir a la escuela le enseñó a «satisfacer mis intereses y a desarrollar mi capacidad de esfuerzo».

«Las consultas de los psicólogos están llenas de chavales que no pueden aguantar la presión escolar, que sufren acoso y malos tratos por parte de sus compañeros o de los propios profesores», apunta Lucía, psicóloga infantil. Exponer a sus dos hijas lo menos posible a este tipo de tensiones es una de las razones por las que Pedro y Lucía decidieron educarlas en casa. Para sus hijas Clara y Azucena, de 9 y 6 años, «no existe una barrera entre lo escolar y el tiempo de ocio. Las niñas no están deseando que lleguen las vacaciones ni el fin de semana», afirman.

Como ellas, otros muchos niños no acuden al colegio en todo el mundo. Y no por dejadez, falta de medios o pereza, sino por decisión consciente de sus padres. Es una opción reconocida por la ley en países como Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda, Francia y Estados Unidos (uno de los países pioneros en el movimiento del homeschooling o educación en casa, con 1.1 millones de estudiantes en el hogar entre los 5 y los 17 años, según su Departamento de Educación). En España, «no existe un censo de niños educados en casa, pero calculamos una cifra aproximada de 2.000 familias, con una media de dos hijos por familia, es decir, unos 4.000 niños», señala Juan Carlos Vila, presidente de la Asociación para la Libre Educación (ALE). «Además, hay mucha gente que no ha salido del armario todavía, que educa a los niños en casa pero no lo dice», apunta Xavier Alá, director de la escuela a distancia Clonlara España.

Al calor de Internet han surgido varios grupos de discusión y colectivos de padres de todas las comunidades autónomas que han decidido no escolarizar a sus hijos. Dos asociaciones les atienden: la Asociación para la Libre Educación, que cuenta con 150 familias registradas, y Crecer sin Escuela. Esta última nació a partir del movimiento Growing without Schooling fundado por el pedagogo John Holt, principal ideólogo de la educación en casa.

Alegando sus continuos viajes de trabajo y su deseo de que su hijo la acompañara, Paula consiguió el visto bueno del Ministerio de Educación para que su hijo Pablo siguiera un programa especial de educación a distancia cuando tenía 8 años (hoy tiene 15). Este programa asigna a los padres la lista de libros que deben seguir y los conocimientos que el niño debe adquirir, con exámenes trimestrales similares a los realizados en el colegio. «Tenía que metérselo con embudo, casi a la fuerza, y no seguía su ritmo. Además, ¿por qué tenemos que desconfiar de su capacidad para aprender? ¿Por qué hay que estar poniéndoles pruebas continuamente?», se queja Paula. Decidió abandonar ese sistema y le inscribió en la escuela norteamericana Clonlara, pionera en la enseñanza a distancia, que en el 2002 abrió una sucursal en España.

Asesorar, no imponer. Como otros padres con hijos no escolarizados, Paula defiende que los niños aprenden por sí solos y que el papel de los progenitores debe ser asesorar y no imponer. «Aprender a decidir, a mandarse a uno mismo cuando nadie te dice lo que tienes que hacer, es la lección más difícil y más importante», afirma.

Más que convertirse en sustitutos de los profesores, muchos de estos padres fomentan el aprendizaje autodidacta de sus hijos, facilitándoles los medios para satisfacer su curiosidad natural. Son materiales asequibles, incluso más baratos que los de una escuela ordinaria: libros (de la biblioteca más cercana), Internet, documentales, cursos de idiomas por ordenador… y, sobre todo, mucho tiempo para conversar, viajar, trabajar juntos. «Los niños aprenden observando la realidad. Si estás haciendo la comida, puede que tu hijo se interese por aprender a cocinar. Si estás en el ordenador, seguro que quiere saber cómo funciona y para qué sirve. Igual que es mucho más bonito aprender geografía viajando que en un libro», apunta Paula.

Otros recursos empleados son los enviados por escuelas a distancia, como la citada Clonlara, o los propios libros de texto que se emplean en los colegios. Clara y Azucena siguen el método Kumon para aprender matemáticas, un sistema inventado por un japonés para aprender cálculo a distancia. «Cada tema nuevo viene acompañado de pistas y ejemplos para resolver los ejercicios. Así, el niño se acostumbra a deducir y razonar, adquiere los conocimientos por propio esfuerzo, de una forma más duradera», explica Lucía. El Kumon se ha convertido para las dos niñas en un ritual y es uno de los pocos deberes ineludibles que tienen: le dedican 15 minutos cada mañana, incluyendo fines de semana y vacaciones.

La implicación de los padres es una de las claves de la enseñanza en casa. En la mayoría de los casos, son ellos los que se encargan de acompañar a sus hijos durante ese tiempo que los otros niños pasan en el cole; sólo una minoría se apoya también en profesores particulares.

El esfuerzo requiere una dedicación a tiempo completo, por lo que muchas de estas familias están formadas por padres que trabajan en casa y se turnan para acompañar a sus hijos. En muchos otros casos, son las mujeres quienes toman ese papel. Catherine, madre de Joel (6 años) y Liam (3 años), eligió dejar un buen trabajo para dedicarse a sus hijos. «Al principio, sentía una presión social muy fuerte ante la pregunta ‘¿y tú qué haces? ¿no trabajas?’. Ahora he tomado plena conciencia de que criar a los hijos es un trabajo fundamental. Los primeros años de la vida son muy importantes, cuanto más fuerte sea la base afectiva de mis hijos, más fortaleza tendrán para enfrentarse a conflictos de la vida», afirma.

«No es una opción para todo el mundo», reconocen los padres de Clara y Azucena. Ellos decidieron dejar sus trabajos, vender su casa en Madrid y alquilar una casita en un pueblo de Ávila, donde viven modestamente. «Es cuestión de prioridades», señalan.

Según cuenta Carmen Ibarlucea, una de las madres de ALE, en la web de la asociación, «es una opción minoritaria, pero igual que la gente se endeuda para adquirir una vivienda de lujo, yo puedo posponer mi desarrollo profesional o incluso suicidarme laboralmente para pasar la mayor parte del tiempo con mis hijos».

¿Y qué hace un niño todo el día, todo el curso, metido en casa? ¿Alborotar? ¿Aburrirse? Los padres que lo han probado lo niegan y aseguran que, tras un periodo de adaptación, encuentran sus propios quehaceres y motivaciones y es más fácil cooperar y compartir el espacio porque, al estar todo el día juntos, padres e hijos se conocen más.

Sin aburrirse. Paula opina que «los que van al cole se aburren porque, si todo el rato les están organizando la vida, cuando tienen tiempo libre no saben qué hacer». Su hijo quinceañero organiza su jornada. «Nunca le he escuchado decir que se aburre. Hay temporadas en que se levanta muy tarde pero, luego, él mismo se da cuenta de que prefiere aprovechar las mañanas», afirma.

Pedro, que tampoco va al cole, cuenta en la web de ALE: «En casa las horas pasan volando. No tienes que mirar el reloj esperando a que llegue la hora del recreo (lo único que me gustaba del colegio)…».

El salto al sistema reglado, incluida la Universidad, no es imposible para alguien que no haya ido a la escuela. La ley dice que cualquiera puede integrarse directamente en el curso de la ESO que corresponda a su edad, hasta los 13 años. A los 18 años, se puede obtener el título de graduado en Secundaria a través de convocatoria libre para, con él, cursar los dos años de Bachillerato y entrar en la Universidad (a los 20 años, lo que supondría un retraso de dos años en relación con los alumnos que hayan seguido la enseñanza oficial a curso por año).

Teniendo en cuenta la posibilidad de que un día sus hijas quieran volver al colegio, Lucía y Pedro intentan que vayan más o menos parejas con los temarios que se aprenden en la escuela. Aún así, la presión y desaprobación social son muy fuertes. Paula reconoce que ha pasado por «momentos de terror y duda porque todo el mundo te cuenta otras historias: te dicen que estás cerrándole puertas al futuro profesional de tu hijo y cosas así». Hoy, se muestra tajante: «Pablo puede hacer o ser lo que él quiera. Si tienes una pasión por algo, cuando te llega el momento de hacerlo, lo haces. La pasión y la confianza en ti mismo te mueve más que la obligación».

Las familias de niños no escolarizados aseguran que no tienen grandes problemas de socialización. «Pablo tiene muchos amigos, aunque la mayoría de ellos va al colegio y hasta las cinco no pueden jugar juntos; también va a clases de cosas que le divierten y conoce gente», cuenta su madre.

Nuria Aragón afirma que sus hijos (de 9 y 10 años, no escolarizados) son muy sociables, se adaptan a cualquier situación y tienen amigos de todas las edades.

Por su parte, Azucena y Clara se juntan con un grupo de niños que tampoco va al cole, mientras que Liam y Joel juegan con los niños de su pueblo, además de conocer a muchos otros como ellos en la escuela libre a la que asisten por las mañanas.

En los centros urbanos, padres como Paula echan de menos «lugares donde los niños no escolarizados puedan reunirse de forma habitual, con monitores que los orienten y apoyen para que puedan hacer lo que les interesa». Algo común en ciudades como Nueva York, donde Prospect Park, en el barrio de Brooklyn, se ha convertido en punto de referencia de «los sin escuela».

José Luis Pedreira, psiquiatra infantil en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid y autor de un prestigioso estudio sobre acoso escolar o bullying, reconoce algunos pros de la no escolarización: «Disminuye la posibilidad de enfrentarse con el bullying, no existe contaminación educativa respecto a los valores con los que la familia quiere educar a sus hijos y, además, se evita el contacto con factores de riesgo, como el consumo de drogas».

En el otro lado de la balanza, Pedreira opina que «disminuye la socialización y crea un nivel de discriminación en el niño cuando se le compara con otros de su edad. La educación no son sólo contenidos, es la interacción continuada con todo tipo de personas, incluidas las que piensen de forma diferente; ello enriquece el proceso de crecimiento personal. En la educación en casa, esto sufre una restricción importante. La riqueza está en el contraste entre los valores que un niño aprende en casa y los que ve en el cole. Además, no escolarizar supone una salida tangencial de la familia, en vez de pelear por el cambio social educativo desde dentro».

Escuelas libres. Como alternativa a tener a sus hijos todo el día en casa, algunos padres que no desean llevarlos al colegio oficial han optado por las escuelas libres. Es el caso de Joel y Liam. Por lo general, son centros no reconocidos por el sistema oficial de enseñanza, están en áreas rurales y tienen en común un horario reducido (unas cuatro horas por la mañana). Tampoco imponen asignaturas ni hacen exámenes. Apenas existen 4 ó 5 de estas escuelas en España, con referentes pioneros en Inglaterra (Summerhill School), Ecuador (Fundación Pestalozzi) o EEUU (Sudbury School).

Beatriz Aguilera, pedagoga, es la fundadora de una de ellas, en la Comunidad de Madrid. Su centro, creado en 2001, es privado, no está homologado y cuesta unos 300 euros al mes. Acoge a 15 niños que en las cuatro horas del horario escolar pueden hacer lo que quieran en sus instalaciones. Todo dentro de unas normas muy sencillas y claras, como son no pegarse o recoger cuando se ha terminado un juego. «Escuela libre no significa sin límites. Los límites garantizan la seguridad», apunta Aguilera.

Para ella es fundamental que un niño se sienta seguro y querido y esto ocurre «cuando no es juzgado, se le acepta como es y se confía en él». Cuando se le pregunta por la diferencia con el sistema oficial, Aguilera afirma: «En el colegio, al niño se le dice lo que tiene que hacer desde que entra hasta que sale. Nosotros proponemos un ambiente donde nadie decide cómo debe ser un niño o lo que debe aprender».

Para sus detractores, no llevar a un niño a un colegio normal equivale a aislarle en una burbuja de la que no puede salir preparado para enfrentarse al mundo real. Para Paula, «ese mundo real lo podemos cambiar. ¿Por qué tenemos que meterlos en una cárcel para que aprendan un sistema carcelario?».

En la web de la Asociación para la Libre Educación (ALE) www.educacionlibre.org


Irene Gil Antona.


AUTONOMÍA VS BIENESTAR EN LA RELIGIÓN

En esta entrada básicamente quería abrir una reflexión, un debate.

No voy a dar ninguna información que no sepamos, ni definiciones, etc.

 
Siempre hemos tratado temas vitales como puede ser el aborto, la eutanasia, las consecuencias que tiene el consumo de drogas, el suicidio… y yo quiero plantear un tema quizá menos trascendente a nivel vital, pero desde mi punto de vista muy importante a nivel moral o espiritual.

 
Este tema es la religión, en mi caso el cristianismo, y bien, básicamente aquí viene mi pregunta; nos bautizan normalmente con meses, incluso con días de vida, obviamente un bebé no tiene capacidad de decisión y sus padres deciden lo que creen que es mejor para él, coartando su autonomía y haciendo lo que creen que será mejor para su bienestar, pero ¿hasta qué punto es justo, o moralmente correcto incluir a un niño sin voz ni voto a una religión concreta, sea cual sea? ¿no sería mejor esperar a que él decida su propio pensamiento o creencia?

Porque por norma general uno una vez que es bautizado pertenece al catolicismo y es católico, igual ocurre con cualquier otra religión, con costumbres y tradiciones aún más severas, escasamente la gente aunque no esté de acuerdo con la opción elegida para él se excomulga, porque aunque es muy sencillo entrar a formar parte de una religión, no resulta tan sencillo salir de ella, o dejar de formar parte de ella, porque aunque no acudas a la iglesia, no creas y no practiques la religión que te ha sido asignada eres uno más dentro de su “saco”.

 
¿No es la misma religión la que atenta contra nuestra autonomía?

 
Para finalizar quería incluir el enlace de una canción del grupo “Non Servium” que para mi explica en tres frases lo que yo he querido decir en esta entrada:

Se titula la “Gracia de Dios”

"El bautismo y la comunión

Mucho antes de pensar

Buscarán sus filas engrosar"


Irene Gil Antona.

AUTONOMÍA, LIBERTAD Y BIENESTAR:
SOBRE LA JUSTIFICACIÓN DEL PATERNALISMO LEGAL

Una ley es paternalista con respecto a sus ciudadanos, si y sólo si conlleva:
-  la interferencia con o restricción de la libertad de los ciudadanos,  motivada por defender el propio bien de estos mismos, o evitar el daño a estos mismos, sin consideración de su voluntad individual o colectiva.
Según esta definición del paternalismo legal, podrían considerarse como paternalistas diversas leyes vigentes en  España y que son comunes a otros sistemas jurídicos occidentales. Serían paternalistas, por ejemplo, leyes que obligan a abrocharse el cinturón de seguridad en automóviles o llevar casco en motocicletas, leyes que prohíben el uso de drogas recreativas, la eutanasia, los juegos de azar, o la esclavitud voluntaria, etc. Aclarada ahora en cierta medida la definición del paternalismo con sus condiciones suficientes y necesarias y algunas distinciones pertinentes, pasamos a la pregunta de mayor relevancia filosófica: la pregunta por la justificación y legitimidad del paternalismo legal. ¿Es justificable el paternalismo? ¿En qué casos y bajo qué criterio ético se justifica la violación de la autonomía del individuo? ¿Es necesario en todos  los casos consentimiento, pasado, presente o futuro? ¿O es suficiente el consentimiento hipotético de un agente racional ideal? ¿A qué ideales normativos ha de responder la ley paternalista? ¿A la autonomía, a la libertad, a la justicia social, a la dignidad humana? Suscitado en gran medida por el tratamiento liberal del paternalismo que ofreció John Stuart Mill en su famoso ensayo Sobre la libertad, en los últimos años, se ha llevado a cabo un debate más puntualizado sobre la justificación y legitimidad del paternalismo legal, Las posturas se reducen básicamente a dos:  la antipaternalista y la  paternalista.
El que sostenga una justificación deontológica del paternalismo deberá aportar un criterio específico por el cual se justifica la ley paternalista: la autonomía, la libertad, la justicia, etc

Este texto lo recogí de un ensayo de la Universidad Complutense de Madrid, colgado en la red , texto que me pareció muy interesante y acorde tanto con el tema del blog, como con lo visto el último día en la clase de teoría. Os dejo el enlace por si queréis echarle un vistazo y hacer algún comentario al respecto.
http://dspace.usc.es/bitstream/10347/5440/1/37-49.pdf

TAMARA RUBIO MADRID

martes, 4 de junio de 2013

Bienestar Social en el mundo

Hace una semana se publicó un informe de bienestar económico y social, el cual, elabora la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Dicho informe resalta que Brasil (puesto treinta y tres de los países analizados) está colocado por delante de México en la clasificación de de calidad de vida. Estos dos países fueron estudiados junto a otros treinta y seis países más, en su mayoría economías avanzadas, pero también se encontraban países emergentes.
Se encuentran en los primeros puestos países como Australia, Suecia y Canadá.

La OCDE para poder medir dicho bienestar economico y social ha tomado en cuenta varios indicadores como: vivienda, ingresos, empleo, educacion, compromiso cívico, saluda, seguridad... Con respecto a los datos economicos, Brasil es el ultimo en ingreso familiar disponible neto, aunque es México quien se sitúa en este rango por encima de Brasil. En el empleo, tanto Brasil como México super la media de ciudadanos que comprenden entre los quince y sesenta y cuatro años con trabajo remunerado; son trabajos con horarios muy extenso, que supera la media de la OCDE. Se ha comprobado que un trabajador mexicano trabaja mas de dos mil horas al año, y es despues de los turcos, donde menos horas se dedica al ocio y al cuidado personal.

En cuanto a la educacion, los adultos de ambos tienen un porcentaje igualado en cuanto persona que tienen un titulo de educacion secundaria, que comprenden los veinticinco y sesenta y cuatro años.

Este tipo de informe también analiza otros indicadores como son la esperanza de vida, donde ochenta años es la media, y que en los dos países son setenta y cuatro años la edad máxima correspondiente de esperanza de vida.

Quería exponer esta noticia con motivo de que a través de esta organización (OCDE) podemos comprobar cual es nuestro nivel de desarrollo en el bienestar social, y también económico. Comparando dos países que están aparentemente en el mismo "nivel", podemos ver que hay varias diferencias entre ellas, y que han sido analizadas.

Rebeca Fernández.

SE PROHIBE A UNA MUJER ABORTAR EN EL SALVADOR

He querido comentar la noticia de una chica de veintidós años, que está embarazada de veintitrés semanas. El feto es anencefálico, es decir, que le falta una gran parte del cerebro, y ella padece varias enfermedades como el lupus, una grave insuficiencia renal, etc. Por ello, la joven pidió una solicitud de aborto a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, país donde pertenece, sin embargo, la solicitud fue rechazada.

En El Salvador desde 1998 está prohibido abortar y esta penado con la cárcel a la madre y al médico que practique el aborto, aún en casos como éste en el que debería ser legal. Por ejemplo en España en caso de que haya riesgos para la madre o para el futuro bebé es legal abortar.

También otros países Latinoamericanos como: Nicaragua, República Dominicana, Chile y Honduras prohíben esta práctica.

Para la chica la consecuencia de este embarazo si sigue hacia delante sería en el mejor de los casos, que el feto podría nacer, pero viviría poco tiempo debido al grave problema de salud que presenta, y no podría tener una vida normal. Y en el peor de los casos, tanto la madre como el feto podrían fallecer.

La continuación de este embarazo acarrearía riesgos de salud para la madre y el futuro bebé. Por ello, y sabiéndolo las autoridades políticas de El Salvador deberían de ceder a la petición de abortar por parte de la joven. Y posteriormente, tendrían que crear unas medidas más flexibles en relación al aborto en El Salvador.

Considero que en los países en los que está prohibido abortar deberían de crear una ley para regular el aborto y dejar practicarlo por lo menos en supuestos en los que el embarazo cause riesgos  para la madre y el feto, en caso de violación, etc.

Se tendría que aceptar la autonomía en la decisión de esta chica, ya que mejor que ella nadie conoce la situación tan difícil en la que se encuentra, y con esta decisión se conseguiría el bienestar para las dos partes implicadas.

Finalmente, en México se le ha realizado a Beatriz una cesárea para extraer al bebé que después ha muerto.


Bibliografía:



Mª Natividad Cabrero Sanz

lunes, 3 de junio de 2013

EL DERECHO A LA HUELGA

El derecho a la huelga se contempla en el artículo 28.2 de la Constitución española como un derecho fundamental, en el que se expone lo siguiente: “Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.

Todos los ciudadanos tenemos la libertad de ejercer de derecho a estar en huelga, acudir a ellas y a las manifestaciones, en las que se reivindiquen nuestros derechos como: las huelgas que defienden la educación y la sanidad públicas, el derecho al empleo, etc.

Un ejemplo de huelga fue la de la limpieza que ocurrió hace unos meses en la Universidad Complutense. La mayoría de las personas que acudimos a la universidad como: profesores, estudiantes, conserjes, etc., apoyábamos al personal de limpieza y de mantenimiento; y entendíamos que quisieran manifestarse y hacer notar su descontento a través de no limpiar hasta que llegaran a un acuerdo con la empresa sobre sus condiciones laborales y salariales.

En los primeros días de esta huelga se comprendía que algunas personas hubieran tirado papeles por el suelo, ya que de esta manera el problema de este colectivo se hacia más visible.

Posteriormente, otras personas empezaron a arrojar restos de comida, bebida, volcaron papeleras, etc., tanto por el pasillo como dentro de las clases, y el cúmulo de esto ocasionó mal olor e incomodidad entre las personas que vamos a la universidad. Además había que tener cuidado al andar por los pasillos por posibles caídas, no se podía entrar en los servicios, puesto que el olor era insoportable y las condiciones eran antihigiénicas.
Todo esto hizo que casi todos acabáramos muy molestos por la situación a la que se había llegado, ya que una cosa eran unos papeles que no molestaban, y otra muy distinta el montón de desperdicios que se acumularon.

Por lo tanto, la huelga de la limpieza se inicio de forma tranquila y pacífica en la que una gran parte de los individuos comprendíamos la situación complicada por la que estaban pasando este colectivo, y después hubo un gran descontento por como evolucionó debido a un grupo de personas.

Porque el derecho a la huelga es un derecho de todos, y al igual que cada individuo tiene libertad para hacerla, también se debe respetar a las personas que no quieran participar en ella o no quieran llegar a puntos tan radicales, y no imponerla a la fuerza, que es como terminó ocurriendo. Ya que, nadie fue preguntando si el resto estaba de acuerdo con lo que estaban haciendo y ello influyo en el bienestar de todos.

Y además que si pensaban que con tirar desperdicios estaban apoyando al colectivo de limpieza, pienso que no le beneficiaron mucho, puesto que una vez que llegaron al acuerdo, tuvieron que recoger y limpiar más de lo que en un principio pensaban. Este personal era consciente de lo que iba a suceder si se manifestaban y no acudían a su puesto de trabajo, sin embargo, tuvieron que hacer un doble esfuerzo, pudiéndoselo haber ahorrado, para que todas las instalaciones volvieran a estar muy limpias.



Mª Natividad Cabrero Sanz