El bienestar social incluye aquellas cosas que inciden de
manera positiva en la calidad de vida. Esto puede ser un empleo digno, recursos
económicos para satisfacer las necesidades, vivienda, acceso a la
educación y a la salud, tiempo para el ocio. Se trata de un concepto subjetivo
puesto que para unas personas es bueno algo y para otras puede no serlo. Sin
embargo siempre estará unido a factores económicos objetivos, puesto que es el
estado el que garantizara estos recursos para satisfacer ciertas necesidades
"mínimas".
Es el Estado el que teóricamente tiene que promover el bienestar social entre todos sus ciudadanos mediante medidas y políticas que intentaran solventar las desigualdades que genera el mercado capitalista. Y va a ser el trabajador el que lidie, día tras día con las consecuencias personales de estas desigualdades.
Atendiendo a la parte del concepto subjetivo es donde
encontramos los mayores problemas los Trabajadores Sociales. Nos vamos a
encontrar con muchos conflictos éticos, donde dudaremos sobre si seguir unos
principios u otros. Para tener una guía la Asamblea del Consejo General del
Trabajo Social celebrada en Madrid el 9 de junio de 2012 nos presenta el Nuevo
Código Deontológico de la Profesión de Trabajador/a Social. Esto no deja
de ser una herramienta útil para orientar la acción y la toma de
decisiones, pero no es obligatorio seguirlo.
Otro problema clave que nos podemos encontrar es
promover la justicia social, y los intereses sociales en relación
con la sociedad en general (la Ley, normas, costumbres). Defendiendo
el bienestar social tendríamos que desafiar la discriminación negativa,
reconocer la diversidad, distribuir los recursos equitativamente, oponerse a
las políticas y acciones injustas y trabajar en solidaridad. Pero sobre todo
tenemos que mediar con los principios, valores y derechos individuales como son
la autodeterminación, la participación, la libertad de elección etc.
Además nos queda un último conflicto que es el de los
intereses de la institución contratante que pueden chocar con los intereses del
sujeto y los intereses del profesional.
En consecuencia un trabajador social es el encargado
del bienestar de los sujetos, así como de cumplir con la Ley y con el fin de
las instituciones políticas. Las instituciones políticas buscan controlar y
mantener a raya los conflictos y desigualdades surgidas por el mercado
capitalista. Los usuarios buscan su bienestar individual sin tener en cuenta el
bienestar social. Las instituciones de atención al ciudadano se rigen en
función a sus propios fines. Todos estos objetivos pueden ser distintos por lo
que se enfrentarán los derechos con las obligaciones o lo que es lo mismo el
individualismo del usuario con el fomento del bienestar social por parte del
Trabajador Social.
Desde mi punto de vista la búsqueda del individualismo
no fomenta el desarrollo de la sociedad. Vivimos en en una sociedad que
se rige por sobresalir, destacar, ser mejor que el de al lado, tener más
dinero, mas poder... Desde ese punto de vista es imposible un bien común, o un
bienestar social común puesto que no estamos dispuestos a sacrificarnos por la
sociedad en la que vivimos. Es tarea del trabajador social ayudar a las
personas que soliciten nuestra ayuda, y en eso estoy totalmente de acuerdo.
Pero se puede hacer respetando la individualidad y a la vez avanzando en
el bienestar. ¿O acaso no?
Esta cuestión es la que seguiré a lo largo de
las siguientes entradas tratando detenidamente algunos de estos conflictos a
los que está expuesto el bienestar social y puntos a favor y en contra de
fomentar una sociedad de bienestar y no declinarnos por un individualismo estático.
Al final de este blog veremos hacia donde se decanta la balanza.
Enlaces
interesantes.
Código
deontológico en la página del colegio oficial de trabajadores sociales de
Madrid. : http://www.comtrabajosocial.com/index.asp?tp=1&pag=col&sub=ccod
Esther Gómez Martín
Esther Gómez Martín